Echar la Primitiva
Es amor. No sé por qué lo hará Fulanita, ni qué ilusiones tiene Menganito. Mi madre lo hace por amor. Lo sé. Incondicional. A sus hij@s, a sus niet@s. Mi madre recuerda que tiene que echarla cuando piensa en nosotros. En que mi hermano aún no ha salido de trabajar, en que mis hermanas deberían cobrar más... o que quizá yo, con algo de ayuda, sería más feliz, porque, visto lo visto, con mi suerte parece difícil... Creo que así piensa ella. Agarra su boleto con esperanza y lo deposita en el mostrador, esperando con ilusión que ese sea el ganador, mientras nos visualiza y piensa en lo que haríamos con el premio. Le da igual poder viajar o tener una casa más grande, por no mencionar otros lujos innecesarios. No, eso a ella no le interesa. Lo quiere para nosotros. Para vernos tranquilos, sin preocupaciones. Solo así ella sería feliz. Mamá, nosotros ya tenemos el premio y la felicidad que eso conlleva; tenemos tu cuidado, tu esfuerzo, tu atención, tu amor. Te tenemos a ti. Gracia...